Fw 190 A - 3 / 4, de
Tamiya
Escala 1/72
por
Raúl Corral
“Pequeño
en escala, grande en detalle”
Hoy
en día creo que es Tamiya la compañiá líder en este sector,
y la verdad se lo han ganado a pulso.
Si lo dudáis, simplemente comprad el catálogo anual de
Tamiya y veréis la gran cantidad de productos que ofrecen
así como la altísima calidad de los mismos. Si además
tenéis suerte, los precios que podéis encontrar no serán
muy elevados (digo lo de suerte porque por ejemplo una vez
vi el caro Me 262 Clear Edition de Tamiya en la tienda de
maquetas de Cork por 60 euros y en una web, el mismo día,
ví el mismo modelo por tan sólo ¡¡¡45 dólares=30
euros!!!).
En
fin, en este caso vamos a ver el montaje y pintura de un Fw
190 A-3 al que convertiremos en un modelo A-4 con tan sólo
añadir un mástil en la cola, para el cable de la antena de
radio.
La
escala es la pequeña 1/72, que sin embargo permite un nivel
de detalle más que aceptable con algo de paciencia (¡y
pulso!) que le echemos.
Esta
maqueta me la compré en una tienda (la única por cierto) de
Cork por 12 euros. En esa misma tienda hay también un Fw
190 A3 y un FW 190 F8 de la misma marca a escala 1/48 por
19.90 euros (un chollo) así como algunos modelos de Italeri
a 1/72 por sólo 5.95 euros (casi un regalo, quizás algún
día veamos uno de ellos en esta
página).
En
fin, vamos al grano...
El
Fw 190 A-4 que vamos a construir se basa en el mismo avión
de la famosa unidad de caza JG 54, pilotado por el capitán
de la escuadrilla 2./JG54 en el invierno ruso de 1.942.
Fueron algunos de los primeros Fw 190 que entraron en
servicio en el frente del Este y rápidamente dejaron
eclipsados en prestaciones a los ME 109. El camuflaje
consiste en color blanco para eliminar todo contraste con
la nieve que cubre en esas fechas todo el paisaje de la
estepa rusa. En algunas zonas del avión, sin embargo, va a
haber zonas de desgaste que empezarán a sacar a la luz poco
a poco los tonos grises originales.
Empecemos
abriendo la caja...
La
calidad del plástico es excepcional. Los detalles están muy
bien grabados y la opciones de calcas incluídas en la caja
son atractivas (aunque la verdad son algo gruesas). El
plástico transparente de la cabina es muy claro y permite
representar la cabina abierta o cerrada (en otras buenas
marcas como Revell sólo se puede dejar la cabina cerrada
por ejemplo). Las instrucciones son las típicas de Tamiya,
muy claras, casi para niños, y las piezas encajan casi a la
perfección...
¡Manos
a la obra!
Empezamos
pintando algunas piezas directamente sobre los plásticos de
protección con que vienen en la caja, sin separarlas aún.
Como siempre usé pinturas acrílicas de Tamiya y Gunze
Sangyo.
También
sin separarlas todavía, daremos unas manos a pincel seco,
usando el tono base mezclado con algo de blanco. Así mismo
barnicé en brillo el asiento y el reposacabezas y puse las
calcas que vienen en la caja.
Una vez está todo ya seco le dí una mano de barniz mate de
Humbrol. Y tras unas horas de secado comencé a montar el
avión.
Aquí
es donde quizás Tamiya deja su huella: todo encaja a la
perfección (con excepción de algún pequeño hueco, si uno es
tan manazas como yo a veces y no pone
atención).
Como
se puede apreciar el nivel de encaje es muy bueno. No usé
para nada rellenos y ya casi está listo para la pimera mano
de pintura...
Pero antes hay que transformar la versión A-3 de la caja en
la A-4 del modelo a representar.
Para ello basta con eliminar el saliente para la antena en
la parte posterior del avión, y colocar en su lugar un
pequeño mástil (una pieza de plástico nos vale). Es muy
fácil de hacer tal y como se ve en las fotos.
Vamos
a pintar algo...
Como
siempre comienzo dando una mano con el aerógrafo por todas
las líneas de paneles, usando un color oscuro (gris oscuro
o negro pueden servir), eso sí, tapando primero las zonas
que deseamos proteger, como la cabina y la parte inferior
del motor (que habíamos pintado previamente en amarillo).
Para tapar estas zonas usé como de costumbre Tamiya
Tape.
El
primer resultado, después de aerografiar todas las líneas
de demarcación, es tal y como se ve en la siguiente
foto.
Con
ello conseguimos que al aplicar el siguiente tono
(normalmente será tonos azulados - RLM 78 ó 76 ó 65) se
entrevean las líneas como sombras, dejando algunas zonas
incluso más a la luz, como dando la sensación de zonas
donde el tono azulado se ha desgastado por los sucesivos
vuelos y mantenimientos.
Ya
que todo irá al final en este modelo medio tapado por el
color blanco, apliqué con una mano rápida de aerógrafo y
sin mucha atención, la primera capa de RLM 76
blanco-azulado de la marca Lifecolor (muy buena por cierto)
al avión. Donde sí le dí especial atención fue a la parte
inferior, que no va a ir camuflada en blanco. No pasé muy
fuerte el aerógrafo y así muchas de las líneas de
demarcación (previamente pintadas en negro) se
entreveen.
Y
pasamos a la parte superior a la que añadí una pasada
rápida de RLM 74 gris-verdoso oscuro de Gunze Sangyo, para
dejar algunas manchas en el fuselaje del avión y en zonas
de las alas y que luego se verán como sombras grisáceas al
pintar el color blanco.
Ya está preparada la base. Ahora podemos empezar a
aplicar el color blanco (un blanco mate acrílico de Tamiya
por ejemplo) dando ligeras pasadas, con muy poca pintura,
dejando que las líneas y zonas de desgaste no se cubran
completamente con el color blanco.
Las cubiertas de protección del tren de aterrizaje van
también ligeramente camufladas en blanco según la foto y el
dibujo de perfil (profile) de este avión que tengo en mis
manos.
En realidad, en las fotos que tengo de esta unidad, los
Fw 190 estaban en condiciones de uso y desgaste y en muchas
zonas la pintura blanca se había ido o se había cubierto
por el humo de los escapes. Mi intención no era la de
ensuciar demasiado el avión sino dejarlo en unas
condiciones similares a cuando se acaban de pasar las
primeras manos de pintura blanca (también tengo un par de
fotos de Fw 190s de la JG 54 en este periodo donde se ve la
pintura fresca, recién aplicada). Así el avión lucirá
mejor. Al fin y al cabo no voy a construir una base donde
colocar la maqueta, así que mejor no darle mucha
“suciedad”.
Tras
dejar secar todo el conjunto unas 24 horas, enmascaramos
las partes que irán en amarillo: la banda usual (que tanto
me gusta) de la JG 54 en el fuselaje, y los extremos
inferiores de las alas (como señal de reconocimiento para
las propias tropas de tierra). Para esta función usé de
nuevo Tamiya Tape, muy práctica y manejable.Y así nos queda
todo espués de pintar las zonas enmascaradas con amarillo
(usé el RLM 04 de Gunze
Sangyo).
Tal
y como se ve arriba a la derecha, aproveché este instante,
al remover los enmascaramientos, para pintar en colores de
Humbrol y Revell otras partes visibles de la cabina y la
zona de los escapes del motor (habitualmente pintada en
negro por aquello de disimular el que siempre se mantuviera
sucia por la salida de los humos de los
escapes).
Ya
estamos listos para pasar a marcar algunas líneas de los
paneles. Para no complicarme la vida usé un simple
lapicero, muy afilado, y antes de dar cualquier capa de
barniz brillante, fui remarcando todas las líneas con mucho
cuidado. Si se hace algún ligero error no importa. Una goma
de borrar corriente lo arregla todo
:-)
Aquellas
líneas que servían de juntas se marcan más para dar
sensación de profundidad. Las que son meramente de paneles
se marcarán con el lapicero presionado
menos.
Repetimos
esto por todas las partes del
avión.
Tamiya
tiene siempre en sus modelos las líneas muy bien gravadas
hacia dentro así que la labor no resulta para nada tediosa.
Una vez tenemos el conjunto preparado nos ponemos ya manos
a la obra para dar una mano de barniz brillante. Usé como
casi siempre el acrílico de Tamiya.
Para
pintar el plástico transparente de la parte delantera de la
cabina utilicé una aguja de las de coser. Con un color gris
de Humbrol que esté bastante aceitoso y consistente (y no
muy líquido) pinto con cuidado los
bordes.
Decidí hacerlo de esta manera porque no tenía ganas de
“quedarme sin vista” midiendo y enmascarando esta diminuta
parte con Tamiya Tape. Los resultados no son tan
espectaculares pero al final se trata de un modelo al que
nadie aplicará la lupa buscando desperfectos así que ¿por
qué no hacerlo de esta inusual
manera?
Tras
dejar secar el barniz por unas horas empiezo a aplicar las
calcas o decals (la parte que más me gusta siempre). Usé
varias calcas provenientes de distintas hojas que tenía a
mano en mi cajón. Como marcan los cánones es imprescindible
el uso con pincel de Micro Set (al ponerlas) y Micro Sol
(para una vez en su sitio y secas, ablandarlas y amoldarlas
a la superficie).
Cuando
hemos acabdo de poner las calcas y dejar secar todas ellas
bajo una capita de Micro Sol toda la noche (no abuséis con
las pinceladas de Micro Sol o la calca se podría destruir),
pegué los cañones a las alas (imponentes los cuatro cañones
de 20mm) y a pincel seco ensucié algunas partes con negro
mate de Humbrol. En concreto las salidas de los escapes,
esparciendo el humo hasta los bordes del fuselaje como
ocurría en la realidad, así como en las bocas de los
cañones, tanto por la parte superior como por la
inferior.
Es
hora de corregir algún que otro fallito (y pegar el cable
de la antena más la escalerilla) y de dar unas manos de
barniz mate (usé el de Humbrol) con el
aerógrafo.
El
resultado final es bastante
satisfactorio.
Conclusión:
este modelo de Tamiya es un lujo. Todos los detalles
están muy bien definidos y el montaje es muy sencillo. Se
puede acabar con buenos resultados en unos pocos días y hay
además un montón de accesorios para ponerle y
superdetallarlo un poco. El precio es también asequible ya
que al final tenemos que mirar la relación calidad-precio y
no sólo el pagar seis o doce euros marca la diferencia.
Adecuado para todas las edades y niveles. Una gran maqueta
en pequeña escala.
Focke Wulf Fw 190 A-4,
pilotado por el capitán de la segunda escuadrilla de la
unidad JG 54, en Rusia, invierno de 1942-43
Fotos
y textos son copyright © 2011 de Raúl Corral
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