Mis comienzos
Al
principio fueron los Panzers...
Los Panzers de Tamiya e Italeri (fabulosos todos) me
introdujeron en el modelismo.
Cómo podéis ver en las fotos los resultados no fueron
espectaculares pero tampoco malos... El caso es la
diversión y la tuve con cada maqueta que construí y
pinté...
En ningún momento usé aerógrafo, todo era conseguido con
pincel...
Como no sabía nada de barnices pintaba el borde las
calcas siempre con el color base del tanque y luego a
pincel seco las dejaba sin
brillo...
Sí, ya lo sé, era antidiluviano para los años noventa, en
fin... Algunos accesorios de Verlinden (cajas de madera...)
así como algún que otro fotograbado fueron usados de vez en
cuando.
para ver más fotos de mi diorama favorito (y por cierto
el último que hice con tanques):
Todas las figuras son de Tamiya, algunas improvisadas
con mezclas de distintas cajas. Dos de los soldados son de
Dragon (también conseguidos mezclando distintas piezas). El
tanque Panzer IV es de Italeri y el semioruga Sdkfz. 251 de
Tamiya (gracias Angel por habérmelo “donado”). Las ruinas
son de Italeri y todos los demás accesorios sacados de la
caja “sobra-piezas” que todo modelista tiene con el paso de
los años...
Intenté representar (en escala 1/35) un grupo de asalto
de una unidad de las Waffen SS en Rusia, en 1942. Fue mi
última maqueta con tanques.
Me cambio a los aviones...
Adquirí un aerógrafo de doble acción por recomendación
de un amigo. La marca es
HOLDING GH 135
(¡gracias a Diego Martín Junquera por confirmarme la
marca!). Fue hace ya bastante tiempo.
Muy cansado tras usar unos meses botellas de aire, me
compré un compresor con el que más o menos voy tirando: no
puedo regular la salida de la presión así que muchos
camuflajes todavía me resultan casi
imposibles...
Los primeros meses sólo hacía modelos de aviones a escala
1/72, casi sin darle importancia a la veracidad de los
colores, insignias o piezas usadas (pido disculpas) pero la
verdad es que los resultados del aerógrafo me gustaron
mucho. También comencé a usar barnices que daban otro aire
a la calcas y al resultado final del modelo.
Por cierto, fue con el uso del aerógrafo y debido a mi
mujer Sonja (a la que los aviones le gustaban mucho más)
por lo que me aparté de los Panzers y me enfoqué en los
aviones de la Luftwaffe. Fue tarea fácil ya que con mucho
orgullo cumplí el Servicio Militar como Alférez en el
Ejército del Aire Español (Servicio de Formación de Cuadros
de Mando, SEFOCUMA, II Promoción del 97, Armilla, Granada).
La
gran experiencia personal y el interés por los aviones que
desarrollé durante esta etapa, sirviendo como Alférez
provisional en el Ala 11 de Caza, en la Base Aérea de
Manises en Valencia, (fotos superiores, lamentablemente con
cámara tradicional y ahora escaneadas), me volcaron
definitivamente en el modelismo aeronaútico.
Más fotos de mis primeros aviones
aquí
Y voy aprendiendo poco a poco con mi aerógrafo...
Si
hay algo imprescindible en el modelismo es sin lugar a
dudas
el aerógrafo. El
aparatillo es sinceramente odioso por el tiempo que lleva
limpiarlo y dejarlo en condiciones cada vez que cambiamos
de color o de tipo de pintura. Pero los resultados que se
logran están a años luz de los que se consiguen con el
pincel.
Si queréis hacer poco a poco buenos modelos, de los que
merece la pena enseñar y no esconder en la parte de arriba
del armario, entonces no os queda otro remedio que comprar
un aerógrafo y empezar a practicar... Los comienzos son un
tanto desoladores, luego veréis que ha merecido la pena.
Cómo no soy un experto en la materia os aconsejo asesoraros
bien por amigos o en internet sobre las diferencias y
características de cada aerógrafo. Yo uso uno de acción
doble: se puede controlar la salida del aire y de la
pintura. También los hay de acción sencilla, ideales para
grandes superficies, donde no es necesario cambiar la
salida de aire y la pintura sale siempre de forma regular,
similar a los botes de spray.
Algún día hablaremos más de este tema...
Fotos y textos son copyright © 2011 de Raúl
Corral